Los pies y las piernas forman una verdadera obra de ingeniería natural en torno al equilibrio y desplazamiento del ser humano.

Los pies, que permiten el desplazamiento y el equilibrio, son estructuras fuertes, complejas y resistentes que constan de 26 huesos, 32 articulaciones, 19 músculos y más de 100 ligamentos y tendones. Están irrigados por numerosos vasos sanguíneos e inervados por gran número de nervios. Actúan a modo de palanca y dirigen el movimiento de los músculos de la pierna. De este modo, podemos desplazarnos manteniendo a la vez el cuerpo en equilibrio. De ellos depende, en gran manera, la salud de nuestras piernas y de la columna vertebral.

A pesar de la importancia y trascendencia de los pies, siendo una de las partes más importantes de nuestro cuerpo, no siempre se les presta el cuidado y la atención que requieren. Muchos de los problemas que padecen los adultos son la consecuencia directa de no haber tratado la causa de niños. Muchas veces los padres no consideran importante la salud de los pies de sus hijos si no aparecen problemas importantes. Y los profesionales sanitarios cada día advierten más sobre la necesidad de unos buenos hábitos para asegurar la buena salud de los pies. Consultar un podólogo infantil y evitar malos hábitos pueden evitar dolencias que aparecerán en el futuro.

Normalmente, las personas jóvenes sólo visitan al podólogo si tienen problemas de hongos o callos. Sin embargo, las personas mayores lo visitan debido a deformaciones en los pies, artritis, juanetes y otras enfermedades. Con frecuencia, estas deformaciones se deben a cuidados inadecuados (o inexistentes) durante la juventud, o a infecciones por hongos que jamás se trataron.

Hay afecciones de los pies que requieren las atenciones de los especialistas (podólogo y/o médico), pero hay otras que, sin ser graves, son molestas y afectan a la calidad de vida considerablemente.

La podología infantil es una de las áreas de las que se ocupa la podología general. Trata las posibles problemáticas que pueden surgir en los pies de los niños (pie plano, pie cavo y genu valgo); realiza estudios de la naturaleza del pie del pequeño para detectar posibles malformaciones; y trabaja en la prevención y el fomento de buenos hábitos de salud podóloga para inculcar desde pequeños. En este sentido, los expertos aseguran que la prevención empieza en la niñez.

• La buena postura, el correcto caminar y el cuidado de los pies son aspectos que deben cuidarse desde muy temprana edad.

• Tener unos pies con buena salud permite a los niños jugar, correr y moverse sin ningún tipo de problema. De no ser así, sin que ellos se den cuenta, su postura puede ser errónea, y pueden estar provocando dolencias del aparato locomotor que puedan aparecer en un futuro.

• El estudio de la pisada de los niños nos permitirá saber si podemos evitar problemas cuando crezcan. Así, si se da el caso de existir una pisada errónea, esta puede corregirse mediante el uso especial de plantillas creadas a medida.

• La importancia de usar calzado adecuado: zapatos hechos de materiales suaves y flexibles, como la piel (evitar el plástico), que además, absorban el sudor y permitan la transpiración.

• El ejercicio ayuda a mantener los pies sanos. Andar descalzo por la playa es muy recomendable; además del ejercicio, la arena ejercerá una suave acción exfoliante. Cabe añadir que andar descalzos sobre la arena o el césped o por el agua descansa también las articulaciones. Entre otros ejercicios recomendados cabe destacar: andar de puntillas, hacer rotaciones de tobillo, intentar coger objetos con los pies, mover los dedos uno a uno o hacer rodar una pelota de tenis bajo los pies (desde la punta de los pies hasta el talón).

• Además la correcta higiene y la importancia de secar los pies adecuadamente evitará la aparición de hongos indeseados, cuya parte más molesta es, sin duda, la complicada erradicación de los mismos una vez ya aparecen.